
Desde que nacemos nuestra vida se divide en etapas que vienen marcadas por la edad que tenemos. Somos recién nacidos, lactantes, niños y adolescentes. Los cuarenta son los nuevos Por un lado porque los estudios hablaban sólo de hombres de clase media típica visión masculinizante de la ciencia y sociedad del siglo pasadode la década de los 70, de una sociedad bastante uniformizada especialmente anglosajonadonde lo que se suponía que debía de hacer un hombre de clase media estaba bien marcado por las normas sociales del momento estudiar, encontrar un trabajo, casarse, comprarse una casa con jardín y un coche, tener hijos y ser feliz Esto ha cambiado mucho a lo largo de todos estos años. Cartel de 40 cumpleaños de Hello Kitty Las mujeres y las crisis de los cuarenta Otros estudios 1 encontraron que las mujeres suelen referir la adultez como una etapa liberadora y sin la existencia de esta crisis de los 40, al menos hasta hace unos años. Sin embargo ninguna puede considerarse una crisis que afecte a una gran proporción de mujeres, sino situaciones personales de inestabilidad temporal hasta que se adaptan a nuevas situaciones y toman sus propias decisiones. Una o varias pequeñas crisis pueden aparecer entre los veintitantos y los treintacuarenta en nuestro camino a la adultez sin que tengan que ser necesariamente a los 40 sino probablemente antes. Se trata de crisis vinculadas a los hechos vitales que suceden en tu vida en ese momento un nuevo trabajo, o un despido, una nueva pareja, una separación, el compromiso matrimonial o de pareja, la compra de una vivienda, una pérdida de un ser querido, tener hijos, la enfermedades de un progenitor y su cuidado o un periodo de estancamiento personal
Con los 40 llegan los primeros gotera y, como dicen algunos médicos, el cuerpo se convierte en un alfaque donde se comienzan a retirar los ahorros acumulados durante toda una biografía. Por lo general, ellas no tienen esa necesidad porque valoran haber ganadería en estabilidad y madurez. Pese a estas alteraciones, esta fase también supone una oportunidad para muchas otras mujeres que, por fin, se sienten dueñas de su existencia. Los hijos ya son mayores y tienen tiempo para cuidarse. El fin de la etapa reproductiva en la mujer, con todas las consecuencias físicas y psicológicas que comporta, puede conllevar también ciertos cambios en las relaciones de pareja y una pérdida del apetito sexual. Si hay mujeres a las que se les apaga la llama del ambición, también se da el caso contrario: aquellas que se sienten liberadas y ansían probar nuevas experiencias.
La cuarentona o la cincuentona debía estarse en los aledaños del deseo y en el patio trasero de la diversión , porque era lo que se esperaba que hiciera 'a cierta edad'. En cambio, a los hombres les estaba permitido tener su explosión de los Sus canas resultaban atractivas y sus locuras eran vistas con cierta condescendencia. Mientras, las féminas miraban cómo pasaba el tiempo desde su casa, encorsetadas dócilmente en su atuendo de 'mujer madura'. Pues eso se ha acabado. Ha llegado la midorexia, dispuesta a demostrar que se tenga la edad que se tenga, una mujer puede hacer lo que el pida el cuerpo. Para ella, midorexia define el deseo de estar acorde con lo que tu cuerpo y tu mente te dice, libremente de la edad que tengas y de lo que se espera que hagas. Y a apartar ese alarma, que se cierne sobre cualquier fatal, de hacer el ridículo. Pese a que la midorexia parece un paso adelante para las mujeres, Shane Watson también advierte que es un armamento de doble filo.
Lorena G. Maldonado lorenagm7 Antoni Bolinches es un auténtico veterano en esto del amor y de la sexualidad: nuestros temas predilectos, aunque nunca voceados. Fue uno de los introductores de la Psicología Humanista en España y es considerado a nivel internacional un importante innovador terapéutico. Viene dando guerra con un sinfín de obras convertidas en éxitos editoriales, como El cambio psicológico, Sexo sabio, Amor al segundo experimento o El secreto de la autoestima. Se refiere, muy especialmente, a ese grupo de mujeres de entre 40 y 60 años que poseen libertad económica, un alto grado de aplomo en sí mismas, atractivo, inteligencia y notoria madurez personal. Es un modelo social que fomenta las patologías personales. Viene, por supuesto, de la explosión de modelo de civilización.