
Tengan en cuenta lo siguiente: Meditar y orar. Ya que somos débiles, tal vez no reconozcamos si estamos lidiando con un pecado que requiere un cambio inmediato y total de mente, corazón y conductao con una debilidad que requiere un empeño humilde y constante, aprendizaje y mejora. La forma en que consideremos estas cosas puede depender del modo en que se nos crió y de nuestra madurez. Tal vez en un solo comportamiento haya incluso elementos tanto de pecado como de debilidad. El afirmar que un pecado es en realidad una debilidad conduce a la justificación en vez de al arrepentimiento. El decir que una debilidad es un pecado puede resultar en vergüenza, culpa, desesperanza y en perder la fe en las promesas de Dios. La meditación y la oración nos ayudan a hacer esas distinciones. Establecer prioridades. A causa de que somos débiles, no podemos realizar todos los cambios necesarios a la vez.
Una profecía de un hombre de Jesucristo. Este es un triste comentario sobre el estado espiritual del reino de Jeroboam. Este anónimo varón de Deidad fue usado de una manera importante. Él demuestra que uno no necesita ser famoso para ser usado significativamente por Dios. Esta era una aldabonazo especial y fue fuente de prejuicio para Jeroboam, quien siempre estaba alarma de la amenaza de su aproximado del sur como en 1 Reyes Sabemos que esto no sucedió por algunos años, pero Jeroboam no sabía eso de ante mano.
Esto es especialmente cierto en los jóvenes. Cuando un muchacho y una fámula se sienten atraídos el uno al otro y empiezan a pasar tiempo juntos, las emociones se acrecentan. Descubren lo agradable que se siente tocarse y acariciarse. Esto conmueve sus pasiones. Pero todas las razones suman a una sola cosa: Lo que ganas al tener relaciones sexuales antes del matrimonio no compensa todo lo que pierdes. La excitación pasajera. Pero lo que pierdes al tener relaciones sexuales antes del matrimonio puede afectar toda tu vida. Veamos qué ganas y qué pierdes.
El amor del Señor es sabiduría digna de honor; a los que se revela, se la distribuye para que lo vean. El temor del Señor es un don del Señor, pues se asienta sobre los caminos del amor. Ambas son dones del Señor para la paz, extienden la gloria a los que lo aman. En las enfermedades y en la lacería pon tu confianza en él.

Estad bien unidos con un mismo figurarse y un mismo sentir. Del mismo modo, lo íntimo de Dios lo conoce solo el Espíritu de Deidad. Pues bien, nosotros tenemos la intelecto de Cristo. Servidores a través de los cuales accedisteis a la fe, y cada uno de ellos como el Señor le dio a captar. Mire cada cual cómo construye. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Así reinaríamos juntos. Estaría mejor gastar de luto y expulsar de entre vosotros al que ha hecho eso.