
Estaba preocupado por un informe que tenía que entregar y que nunca había hecho antes. Estaba tan preocupado de que alguien me reclamara algo que durante la llamada me sentí mareado y empecé a sudar. Lloraba y decía: 'Tengo que irme, me voy a morir', recuerda. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Personas con fobia social tienden a quedarse solas o recluirse en sus casas.
Se trata de un problema auténtico y que, si no se soluciona a tiempo, puede empeorar y dar lugar a la llamada filofobia: el alarma irracional a enamorarse o comprometerse emocionalmente con alguien. Por supuesto, sufrir por amor no es algo novedoso. Y tener ciertas reticencias después de barrenar una experiencia dolorosa también es corriente. Así lo explica el psicólogo Jonathan García-Allen, director de comunicación de la web Psicología y Mente. Son inseguridades que se derivan de malas experiencias pasadas, propias o del entorno analógico. Entonces conoce a alguien. Y al principio todo es bonito, pero llega un punto en que ese algún pide que la relación avance.
Bebedero de la imagen, Getty Images El reto de la confianza Antes de la pandemia, alrededor de un tercio de los australianos informaron haber arrepentido al menos un episodio de bloqueo. Desde que la covid trajo una interrupción generalizada a nuestro trabajo y nuestra vida social, la soledad se ha disparado. Bueno, pues como adultos, tenemos una mayor conciencia de nosotros mismos que cuando somos niños. O tal vez solo significa que hemos pasado por la escuela secundaria y tenemos 20 años. Confiar en un nuevo amigo significa abrirnos y anatomía vulnerables, tal como lo hacemos en las relaciones.
Las primeras citas parece que van bastante bien, sin embargo, a medida que intiman ella empieza a buscarle defectos y los encuentros le generan poco de ansiedad. Un día, de repente, cuando él la llama ella empieza a tener palpitaciones y sudores cuando oye que él le propone abrirse juntos de fin de semana. Al día siguiente ella decide terminar con la relación. La chica sufre filofobia. Etimológicamente, el término filofobia es resultado de la unión de dos vocablos griegos phobia miedo y filos adorar. Un filofóbico rechaza sentir amor por una persona, evitando cualquier tipo de relación afectivo-emocional por miedo al alergia o a una posible separación. Establecer cualquier tipo de vínculo le genera altos niveles de estrés, tanto emocional como físico, por ello decide generar barreras para no sentirse vulnerable, impidiendo establecer una relación. Esto conlleva estar una vida solitaria con tendencia al aislamiento. La filofobia no se prostitución del nerviosismo normal que aparece cuando conocer a alguien que te gusta y sientes las famosas mariposas.