
Por ello, nuestro consejo es que te asegures de utilizar los correctos en cada momento para no empezar con mal pie. Quien fuera caramelo para poder derretirse en tu boca. Mi amor, tengo la caja fuerte para guardar ese lingote de oro. No tengas miedo… sí que muerdo, pero muy suave. Quisiera ser patata frita para acompañar ese lomo.
Es un hombre inteligente que desprende pasión en cada palabra que pronuncia, con una mente creativa y un baza caótica. Podría haber estado horas y horas conversando con él, os lo aseguro. Cualquier opinión es bienvenida, siempre que se haga desde el admiración. Y, dicho esto, disfrutad de la entrevista. Hay quien prefiere el término anglosajón de cuckold y he abierto otra expresión que me resulta especialmente curiosa: marido consentidor. Pero en el término liberal, cornudo es el que participa de la infidelidad -entre comillas- de su mujer. Esa es buena… No es consentir… pero tiene parte de lógica que sea así. No es que me tenga que gorronear permiso; es una experiencia que disfrutamos los dos, juntos, cada uno a su manera. Ella no se hubiera permitido tener una experiencia que no me gustase.
Me refiero a realmente saber cosas que solamente descubres cuando has vivido situaciones extremas o cuando has pasado muchos años o meses con ésa andoba al lado. Parto de la abecé de que entiendo el amor como una fuerza que te impulsa a ser mejor, a aceptar, respetar y compartir ideas, sueños, pensamientos con otra persona. Amar a alguien, para mí, es hacerlo en libertad, sin ataduras, sin apegos, sin recriminaciones. Amar es ser tu mismo y aceptar al otro amando sus diferencias. Teniendo esto claro, hoy me pregunto si es posible enamorarse, realmente de alguien sin conocerlo, solamente porque lo ves en la tele, lo escuchas en la radio o lo lees en un blog. No digo que sea inútil.