
Durante el añoestaba inmersa en una investigación sobre la madre homicida y el mito del instinto materno. En ese entonces trabajaba como investigadora para el Sistema Estatal Penitenciario del estado de Sonora en México. Durante mi investigación y entrevistas con las madres homicidas, la Comandante me informó de un problema difícil que teníamos con las aventuras amorosas de las internas. Así, la Comandante me comunicó que teníamos dificultades debido a las relaciones eróticas, los disgustos, pleitos, amenazas y la escasez de espacio para poner entre ellas una saludable distancia. Fue al término de mi investigación con madres homicidas que inicié una investigación sobre cómo vivían su sexualidad las mujeres privadas de libertad y compurgaban sentencia justamente en este Cereso femenino. Mujeres, le dije, que tengan una relación amorosa con otras mujeres, que estén dispuestas a conversar conmigo sin ocultarlo, con las que sea posible hablar del tema con serenidad, confianza y delicadeza.
Muchas mujeres nunca han explorado sus vegüenzas, y tal vez no saben con certeza la localización de cada parte. Si se siente cómoda haciéndolo, tómese unos minutos con un espejo de mano para examinarse. La parte exterior se llama la vulva. Muchas mujeres encuentran placer al tocar suavemente los labios interiores. Luego localice el clítoris, una pequeña protuberancia cubierta por un pequeño capuchón de piel. Se encuentra localizado en el centro, sobre la abertura de la vagina.