
Ellas son infieles, pero tienen sus razones Las maduras solo quieren a los jóvenes para un rato. En concreto, de unos 34 años. Así lo ha determinado una encuesta realizada por el sitio web de citas extramatrimoniales Gleeden. El compromiso es una cosa, y la diversión, otra. Tras entrevistar a Las razones que aportaron estas féminas son muy diversas, pero las respuestas mayoritarias viraban en torno a la mayor satisfacción sexual que les proporcionaban estos jovenzuelos. Parece ser que ellas los prefieren de una edad para unas cosas, pero para otras no. Así lo detalla la autora de la encuesta, Maïa Mazaurette, quien asegura que las mujeres desean separar su vida amorosa de su vida doméstica. Es decir, quieren dormir con su marido pero prefieren tener sexo con su amante.
Cuatro mujeres nos cuentan por qué eligen vivir sus amores en la clandestinidad. Miércoles, 10 abril , Parecen el reflejo de una España antigua, en la que no había divorcio tampoco libertad sexual y la pasión se refugiaba en las radionovelas y los tangos. Muchas son grandes historias de amor en la sombra. La adulterio goza de buena salud en España. Son amores clandestinos, pero tan sólidos y duraderos como los oficiales. Hemos hablado con cuatro mujeres que han convertido un amor imposible en la pasión de su vida. Todos los nombres del reportaje son ficticios y sus datos personales han sido desfigurados, sin traicionar la verdad de su relato y sus circunstancias. Tiene un amante desde hace una década.
Anteponer entre ambos casos es crucial, sobre todo a la hora de enmascarar estos encuentros a la pareja en cuestión. Ojo, no decimos que esté bien ni abogamos por ello y tampoco pensamos lo contrario pero baza si eres de los que pone los cuernos como si no, es importante que leas lo que tenemos que contarte. Una infidelidad de una noche de dos, de tres Solo has de ducharte, vigilar que no te haya visto nadie y, si fuera necesario, tener una coartada con alguien. Imagina que te vas a una cena a, pongamos, Valencia , y ahí conoces a una andoba interesante, sexualmente al menos. Y una cosa lleva a la otra, risitas, que si qué divertida, que si qué guapa, que si otra copa de vino, que si un bailecito No hay peligro. Un amante no es un encuentro ocasional en un baño de discoteca o en una deprimente habitación de hotel.